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Considero al fútbol un complemento esencial para el desarrollo y bienestar físico, emocional y espiritual de las personas, ya que es dinámico, en movimiento e invita a redescubrir las habilidades del cuerpo. Quizá el fútbol practicado actualmente sea el deporte con mayor posibilidad de variación de interacción, una persona puede interactuar con el balón casi con cualquier parte del cuerpo. Mantener el equilibrio en movimiento entre el balón, el pie, el muslo, la cabeza es una sensacion dificil de describir, jugar al fútbol permite también reconocer la existencia de múltiples decisiones que suceden en paralelo en cuestión de segundos y sin ni siquiera una intención de pensar. Cuando hay esa conexión se podría decir que es el cuerpo quien juega, que hay muchísima inteligencia en nuestro cuerpo y que es capaz de coordinar movimientos que en la actualidad son casi imposibles de replicar por alguna máquina.